Hace mil años que no dibujo casi nada. Mi último empleo en una empresa de formación e-learning está agudizando mi miedo y repelús cada vez que escucho ese término. He visto empresas con cursos y proyectos que podrían haber sido gráficamente cojonudos, convertidos en un cucurucho de plantillas anacrónicas en flash, petadas de texto y más texto, con un mínimo de interactividad para que parezca que los cursos son lo más avanzado en teleformación únicamente porque no se hacen en Powerpoint (incluso hay empresas, a mi modo de ver más sinceras, que montan sus cursos en powerpoint y a tirar millas). Afortunadamente en mi empresa alguna gente intenta que no se genere solamente dinero y miran un poquito la calidad.
Es lo de siempre, cuando algo se pone de moda y empieza a generar dinero, todo el mundo se monta en el carro para sacarse sus euros aunque lo que produzcan sea más cercano a la basura que a un producto de calidad. Así que supongo que habrá que esperar a que el mercado decaiga un poco y se queden solamente los buenos. Este es uno de mis últimos dibujos, realizado para un curso online, que, aunque no sigue demasiado mi estilo, es lo único que me han permitido hacer de momento con cierta libertad, y aún así, estamos esperando que el cliente lo valide o no.
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