septiembre 21, 2012

Ser un profesional de la ilustracion

¿Qué es un ilustrador? ¿A qué se dedica, qué hace y de qué vive?
Todos los que nos dedicamos a la Ilustración hemos tenido que responder esta pregunta alguna vez. En general, muy poca gente sabe lo que hace un ilustrador e incluso a veces dudan de que eso pueda ser una profesión.
Yo no soy un artista, al menos profesionalmente y no creo que ilustrar sea un arte, salvo contadas excepciones. Mi trabajo consiste en hacer frente a encargos o proyectos que generalmente parten de otros, utilizando mi formación visual y mis capacidades creativas y manuales a la hora de ilustrar. Me resulta mucho más claro el termino "iluminar", al estilo de los antiguos copistas medievales, que se dedicaban a contar con imágenes el texto al que acompañaban aquellas. Se trata de aportar una envoltura narrativa y visual a mis encargos o proyectos, o al menos generalmente hago lo posible por que así sea.


Por otro lado creo que dibujar no es sinónimo de ilustrar. Cualquiera de nosotros puede dibujar y de hecho todos lo hacíamos de pequeños y muchos seguimos haciéndolo hoy en día. Del mismo modo que alguien que puede cambiar una bombilla no es un electricista solamente por eso, un ilustrador necesita formación y conocimientos de composición, perspectiva o color entre otros, además de ser capaz de vender su trabajo y controlar sus cuentas.
Para llegar a ser el profesional que intento ser hoy, he pasado por muchos años de aprendizaje visual, cientos de horas de dibujo, trabajos mejores y peores y mucha autocrítica, además de adquirir conocimientos técnicos para ser capaz de ir creciendo como profesional. Y aún así, creo que todavía no he aprendido ni la mitad de lo que debería. 

La ilustración es una profesión que se nutre de la experiencia, el nivel de un ilustrador evoluciona con el tiempo, el trabajo, las referencias visuales, los errores diarios y el estudio de los demás ilustradores.
Es una profesión dura y de largo recorrido. Muchos de mis compañeros y yo mismo apreciamos a nuestro alrededor falta de reconocimiento a nuestro esfuerzo, una lucha continua por afirmar nuestra profesionalidad, una continua bajada de tarifas y la necesidad, aún así, de seguir invirtiendo tiempo y dinero en la nuestra formación. Es necesario salir, ver, buscar y redescubrir a otros profesionales y formas de trabajar, probar técnicas y buscar la coherencia y todo ello a veces contra corriente.
Sin embargo no todo es dificultad, ser ilustrador es un oficio agradecido y vocacional, algo que te acompaña todo el tiempo más allá de tu horario de trabajo y que personalmente me hace sentirme mejor conmigo mismo, crecer como persona al tiempo que como profesional y aportar algo de mi al mundo que me rodea. Me gustaría que esta reflexión fuese el punto de partida para que conocer otras experiencias y las opiniones de quienes leéis esto, y seguir compartiendo mi día a día con vosotros desde aquí.

3 comentarios:

Milá dijo...

Fantásticos dibus y un muy razonable post. A ver si la conferencia de Puño nos "activa las conciencias". Besos.

onzamono dijo...

Ya sabes que estoy de acuerdo con el post, por eso sólo tengo una cosa que decir.
Se podría decir que este es un texto que debería leer cada cliente, cada persona que ha escrito un libro y quiere que le hagan unos dibujitos, cada empresa que quiere una imagen y no entiende por qué cobras unos miserables dineuros por algo que considera, a sus ojos, que puede hacerlo su sobrina, etc.
Sin embargo, más preocupante y necesario es que este texto tendrían que leerlo los propios ilustradores que, ya sea por presión de estos otros, por ignorancia, por carencia de ese esfuerzo que mencionas o por falta de confianza en sí mismos (o razón que sea), forman parte tristemente de ese sector que no valora como debe esta profesión.
A nuestras innumerables tareas, pues, tenemos que añadirle la de "defensores de nuestro propio trabajo".

celsiuspictor dijo...

Para eso escribo esta especie de declaración, y me propongo seguir mostrando mi proceso de investigación y trabajo, para enseñar a la gente en que consiste esta profesión, descubrir a los profanos porque supone un esfuerzo continuo para mejorar y además conocer lo que la gente para la que trabajo quiere decir y nunca se les oye.
Respecto a los demás, yo no considero dentro de la profesión a quién voluntariamente escoge estar fuera para estar más cómodo ni tampoco a los dibujantes, quienes dibujan y están a gusto y tranquilos con sus dibujitos. Si la gente es capaz de diferenciar entre un profesional formado y uno que no, obligaremos a quien quiera seguir trabajando, a formarse